Hacer (bien) una entrevista en vídeo
Nuestra apuesta por marcar la diferencia a través de los pequeños detalles puede parecer una locura, pero nosotros creemos que tiene todo el sentido. Uno de nuestros últimos trabajos es un ejemplo, dando soporte audiovisual a un género tan delicado como la entrevista.
El placer de la conversación
Uno de los tópicos del mundillo de la comunicación asegura que la entrevista es el género más bonito de todos, y el más difícil. Nosotros estamos de acuerdo, pero solo en parte. ¿Por qué tiene que ser una entrevista más «bonita» que una crónica deportiva bien hecha, o que un reportaje al que se le dedican meses o años de trabajo?
Pero entendemos los motivos detrás de la afirmación: la entrevista es situarte cara a cara con otro ser humano y conversar. Y los seres humanos somos muy distintos, por lo que ninguna charla es igual a otra. No solo por las personas que conversan, sino por la temática sobre la que lo hacen, el contexto en el que la entrevista se produce y otros muchos factores. En 100toV conocemos bien esas dificultades.
Alma en lo audiovisual
No es lo mismo una entrevista personal, para conocer detalles íntimos de quien tienes enfrente, que una charla con afán educativo o divulgativo; el clima de la entrevista no es igual si la entrevista trata sobre un descubrimiento científico, una experiencia traumática o un logro profesional. Ni siquiera el espacio físico donde la entrevista se realiza puede tomarse a la ligera.
Por eso, como productora, tenemos que enfocar cada entrevista como lo que es: una pieza de audio o de vídeo totalmente independiente, con un «alma» propia. De este tipo de trabajos en el área del podcasting hablaremos otro día, quizás. Hoy nos vamos a centrar en las entrevistas que tienen apoyo en vídeo.
Por suerte el género de la entrevista audiovisual lleva años ganando fuerza. De hecho, un alto porcentaje de podcast actuales se graban en audio y en vídeo a la vez y, de estos, más de la mitad se podrían considerar entrevistas. Vamos, que nos suena como consumidores. Eso hace que casi sepamos «de memoria» qué aspecto tienen. Dos personas sentadas frente a frente, con micros a la vista u ocultos, un plano general, dos primeros planos a la persona que entrevista y a la entrevistada… y a correr. Fácil, ¿No?
Sobre el papel sí lo es pero, como te decíamos al principio, todo cuenta: el entorno y el mobiliario del set de grabación lanza un mensaje, casi inconsciente; la temperatura de color de la iluminación genera un clima específico; cerrar más o menos un plano, a veces pocos centímetros, puede transmitir más o menos tensión espacial, en función de la pregunta o la respuesta. Hacer la entrevista sentados o durante un paseo transforma totalmente el diseño de producción, etc., etc.
Lo importante es el mensaje
Pero por mucho que estos asuntos nos preocupen a nosotros, los que estamos detrás, al público lo único que le debe importar e impactar es el mensaje. Sobre todo cuando la temática de la entrevista requiere cierto nivel de procesamiento intelectual, una mínima atención.
Un claro ejemplo es uno de los trabajos más recientes que hemos hecho para el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE), que es a la vez uno lo nuestros clientes más longevos. El jefe de Economía de la Cadena SER, Javier Ruiz, entrevista al economista del comportamiento Shlomo Benartzi. Este prestigioso académico y especialista estudia cómo los factores psicológicos y sociales influyen en la toma de decisiones económicas y, al mismo tiempo, cómo el momento vital de envejecer puede condicionar nuestras acciones en lo relativo al ahorro, el plan de futuro, la jubilación, etc.
La pieza debía ser coherente con las restantes de la serie Conversaciones en Salamanca, por lo que entorno, mobiliario, espacio y narrativa visual debían responder a unas exigencias claras. Con todo, no podían «distraer» bajo ningún concepto de lo esencial: el mensaje de Benartzi. Mensaje importante, porque habla de algo que afecta a todo el mundo.