Enfrentarse al mundo sin un guion (o sea, en pelotas)

A ver, no es complicado de entender: ¿Puedes salir a la calle en pelotas, porque te apetece? Técnicamente sí, pero lo más probable es que la policía te termine deteniendo y te hagan una serie de preguntas sobre el estado de tu salud mental. ¿Puedes crear contenido, como hacemos nosotros, sin un guion? ¡Pues claro! Pero los riesgos de meter la pata una o varias veces son elevadas.

Seguramente habrás visto un fragmento de vídeo, de una intervención del director Guillermo del Toro en un evento. En él nuestro mexicano favorito (después de Emilio Bustos) cuenta por qué el guion tiene que ser sólido y explicar todo aquello que se trasladará a pantalla con imágenes o con sonidos. Ser explícito, útil, tener ritmo, aportar contenido concreto a una historia que se quiere contar. Estamos totalmente de acuerdo con él, claro está. El guion es tan importante que, aunque tengas una producción de Oscar, uno malo puede dar al traste con todo. Y esto ocurre no solo en el cine.

¿Qué es el guion de produccción y para qué sirve?

 

Es normal que no lo tomes en cuenta, porque parece como algo de estudio de cine, de serie de televisión o cosas así de complicadas —y caras—. Pero hacer un guion es esencial, para saber qué terreno estás pisando. Da igual que sea un cortometraje, un spot publicitario, un documental o un podcast. ¿Qué es exactamente un guion?, ¿Qué utilidad tiene un guion a la hora de crear casi cualquier cosa en el terreno audiovisual?

Un guion es un documento donde se plasma por escrito qué se quiere contar, qué se va a contar —que son dos cosas distintas— y cómo se va a hacer: en qué orden, con qué recursos, usando qué palabras, planos, audios, etc. ¿Por qué es útil un guion?

  • Entiendes la dimensión de la producción
  • Puedes planificar con antelación el coste en tiempo y recursos
  • Aceleras el trabajo, porque sabes de antemano qué quieres grabar. Por ejemplo: tres planos generales, seis cortos, una panorámica con dron y tres entrevistas con plano medio. O dos audios con ruido aleatorio de gente en un parque, una declaración de un profesor y tres audios de whatsapp de tu tía Maricarmen la del pueblo.
  • En los casos en los que tienes que externalizar alguna tarea, la persona encargada de la misma puede seguir el «mapa del tesoro» que representa el guion sin perderse. No hace falta que forme parte de cada paso del proceso desde el inicio.
  • Mantienes la coherencia de la producción, limitando los esfuerzos y el trabajo al objetivo que persigue el cliente y que está representado también en el guion.
Consejos para elaborar un buen guion

 

Visto así el guion ya parece bastante más útil, ¿verdad? En caso de que tengas que ponerte a ello hay algunos consejos para hacer un buen guion que podemos darte, basándonos en nuestra experiencia:

  • Adapta el guion al tipo de producción que tengas delante. El lenguaje que se usa para locutar un audio no es igual que el necesario para detallar una serie de planos.
  • Piensa siempre en el público. Tiene que entender lo que quieres transmitir, sé flexible y procura que, si algo puede decirse en una frase, no haga falta un párrafo entero para expresarlo.
  • Recurre a las emociones. Las historias más potentes son aquellas que despiertan algo en tu interior: recurre a los sentidos del espectador o el oyente, a sus recuerdos, a experiencias que todos compartimos y que son universales, como la esperanza, el miedo, la alegría o el amor, por citar algunos ejemplos.

Recuerda siempre que un guion persigue un objetivo doble: tiene que estar al servicio de la producción, para que el resultado tenga la calidad necesaria y también tiene que ser una herramienta útil para ti. Debe hacer que tu trabajo sea más rápido y eficiente.